Para ello es necesario la implementación del enfoque de derechos humanos tanto en el contenido como en los procesos de las distintas acciones para afrontar las problemáticas sociales. Esto con la finalidad de lograr una sociedad más abierta e incluyente, aunque evidentemente esto sea una labor compleja.

En la actualidad, se habla poco o nada sobre la trata de personas, como si fueran historias que no se cuentan. La trata de personas es un fenómeno mundial que ha existido desde los inicios de la historia humana y comenzó con el comercio de esclavos y la trata de blancas.

Es moralmente reprochable preocuparse por el bienestar de ciertos animales, mientras se deja a otros a suertes tan terribles que la muerte, más que un castigo es la liberación del sufrimiento. Este es un problema global, pues las industrias ganaderas, avícolas y porcinas se preocupan, como toda industria, de ganancias, costos y beneficios. La respuesta es menos clara aún si se toma en cuenta la necesidad de alimentación en una sociedad globalizada y enormemente poblada. Sea cual sea la respuesta, esta debe tener en cuenta que los animales de consumo humano siguen siendo parte de la diversidad biológica y que sus necesidades y sufrimientos son los mismos que los de las ballenas azules, los tigres de Bengala, los toros y nuestros perros y gatos.

En ese sentido, la formación de las y los abogados, desde que son estudiantes universitarios, es fundamental. Es mucha mayor la bondad de introducir al estudiantado, desde temprano, a la litigación oral para que de esa forma conozcan y discutan sobre los rituales procesales e identifiquen aquellos que resulten poco provechosos y más bien sean parte de una tendencia “religiosa” del proceso penal. Preparar al estudiantado para ser más que abogadas y abogados mecanicistas de la ley.